Hacia una España Mejor

viernes, junio 19, 2015

¿Un error de adolescente?

A raíz de la polémica que se ha desatado con el tema de los tuist de algún miembro de Podemos y sobre los cuales tengo mi opinión muy personal, me he acordado de que conservo, yo lo guardo todo a veces creo que sufro el síndrome de Diógenes, la carta firmada por César Augusto Asencio Adsuar, alcalde de Crevillent, publicada en este diario el domingo 1 de julio de 1979, tenía el firmante 17 años, en la que hacía una serie de consideraciones sobre el holocausto judío en los campos de concentración de la Alemania nazi. No voy a reproducir, por cuestión de espacio, el contenido de la carta en su totalidad, por lo que voy a transcribir algunos párrafos de la misma. Estos dicen lo siguiente: “Holocausto -se refería el firmante a la película, entre otras, sobre este asesinato de judíos- parece ser el más importante a juzgar por el “boom” propagandístico que le acompaña. Mucho habría que hablar sobre los campos de concentración alemanes y sobre el mito –mito, decía- de los seis millones de judíos exterminados. Un estudio detallado nos demuestra que todo esto es falso. Simplemente diré que todo esto se nos ha hecho creer a la mayoría gracias al apoyo de la finanza y de la propaganda a escala mundial en manos de judíos como casi todo el mundo sabe que con series como las citadas anteriormente –se refiere a las películas- nos hacen creer el mayor fraude de la historia, apoyando su tesis con innumerables fotos y documentos trucados. La objetividad de la Cruz Roja Internacional es indudable. Pues bien, la Cruz Roja estuvo inspeccionando los campos de concentración alemanes del primero al último desde 1939 hasta 1945, escribiendo unos informes que están archivados en Ginebra (sede de la organización) y en los que no se habla ni de la cámara de gas, ni de exterminio en masa, y además cita una cifra aproximada de muertos debido a las circunstancias que son normales en los campos de concentración en una guerra (falta de alimentación, raquitismo, tifus, muertes naturales, etc.) que es de 300.000, y no siendo sólo judíos, ya que en los campos de concentración había polacos, rusos, americanos, etc.”. “Pero… ¿Para qué todo esto? En primer lugar para desprestigiar al nacionalsocialismo. En segundo lugar para seguir cobrando las indemnizaciones que Alemania se ve obligada a pagar (Alemania lleva ya pagados a Israel 2.500.000.000.000 dos billones quinientos mil millones de pesetas) y este año se acaba el último pago. Con esta ofensiva propagandística –se refiere el autor a las películas sobre el holocausto- se obligará de nuevo a Alemania a que pague por unos crímenes que no ha cometido”. Hasta aquí parte de la carta. Esto ha vuelto salir a la luz y el autor, César Augusto Asencio Adsuar, hoy alcalde de Crevillent, ha manifestado que fue un error de adolescente. La verdad es que lo dudo porque a pesar de la edad que tenía cuando escribió todo eso, 17 años, daba y da, la impresión de estar bien informado, aunque más bien, por sus erróneos datos, da la impresión de que poseía una buena dosis de inventiva impropia de sus pocos años, lo que demuestra un grado muy importante de desarrollo del intelecto. Cierto es que a esa edad se suele ser muy fantasioso, pero no por ello se carece de malicia a la hora de intentar justificar y ocultar torticeramente unos hechos irrefutables con la clara intención de justificar las injustificables atrocidades cometidas por el nazismo. Sí, César Augusto Asencio Adsuar era un adolescente, pero leyendo su carta se puede llegar a pensar que sabía lo que estaba escribiendo. Hay quienes a los 17 años están pensando en las musarañas y en cómo pasárselo lo mejor posible y otros, como es su caso, en justificar el asesinato de millones de seres humanos. Los de Podemos, los de los tuist, dicen desde el PP que deben dimitir de sus cargos de concejales ¿qué debe hacer César Augusto Asencio Adsuar? Porque eso de que el tiempo lo cura todo es muy aleatorio y lo del alcalde de Crevillent, no es un corto escrito en tuiter. Es un intento en toda regla de de justificar y minorizar los crímenes de los nazis.