Hacia una España Mejor

miércoles, marzo 04, 2015

El mal estado de la nación

Creo que todos, menos lo que siguen apoyando a Rajoy, nos hemos quedado bastante decepcionados en lo que respecta al desarrollo del debate del Estado de la Nación. En absoluto se nos ha podido convencer por parte de Rajoy de que España está en estado de buena esperanza sino todo lo contrario: en estado de mala esperanza. Todos nos pudimos percatar de lo mal que está la cosa y no había más que ver a un desnortado, nervioso y crispado Rajoy ante un oponente que debutaba en esas lides parlamentarias de altos vuelos y esos estados de ánimo solo se manifiestan cuando la situación no es ya solamente grave sino que además es desesperada. Rajoy sabía que no estaba convenciendo a nadie. No hay salida. Quería convencernos de que sus medidas de austeridad estaban dando buenos resultados cuando es verdad eso que de forma reiterativa se dice que la austeridad nos ha llevado al austericidio que rima con suicidio pero que no es tal la situación, ni tiene nada ver una cosa con la otra, el suicidio es un acto muy personal que lleva a un efecto un individuo y el austericidio es más bien sinónimo de asesinato ya que las medidas de austeridad que han llevado a millones de españoles a padecer una situación desesperada con resultados letales han sido impuestas por otros que siguen muy vivos como es el caso de las trabas para suministrar el Sovaldi a los enfermos de hepatitis C, 95.000 infectados, y cuya medida restrictiva ha llevado a muchos afectados a la muerte. En el reciente debate del Estado de la Nación ese mentiroso desvergonzado llamado Mariano Rajoy, ha tenido la desfachatez de anunciar barra libre para todos los que padecen esta dolencia ¡Sovaldi para todos! Como si de una gran juerga se tratara. Fuera las comisiones de control para dictaminar a quien sí y a quien no se le da el medicamento ¡Whisky para todos! Para todos, claro está, que no hayan muerto esperando que les dieran el tan necesario fármaco. No, aquí no tiene nada que ver la austeridad, tiene que ver y mucho, la solidaridad y los sentimientos humanos, los buenos, evidentemente, algo de lo que Rajoy carece. Estas son las claves de su nefasta gestión al frente del Gobierno. Estoy de acuerdo con lo que afirmó de que “no solicitar rescate ha sido la gran medida social de la legislatura”. No solicitó rescate a la UE para salvar a los españoles, a las personas, pero si lo solicitó, 100.000 millones de euros al Banco Central Europeo, para salvar a los bancos. Unos millones que vamos a tener que pagar los españoles, los que verdaderamente estamos con el agua al cuello. No, Rajoy, no salvó a las personas pero sí a algunos banqueros. De todos modos debo reconocer que estoy siendo un tanto alarmista ya que no tengo en cuenta el mensaje de tranquilidad que desde el sillón de la presidencia del Congreso nos transmitió la vicepresidenta, Celia Villalobos, cuando mientras Rajoy intervenía en el debate ella fue sorprendida por las cámaras de televisión jugando a los “marcianitos” con su tablet. Mejor muestra de tranquilidad, de que todo está normal, no se puede dar. No, la vicepresidenta del Congreso no ha dimitido ni nadie de la oposición se lo ha exigido. Todo normal, como siempre. Hay otra frase de Rajoy dicha en ese debate, esta es la siguiente: “Si no hacemos las cosas bien en pocos meses podemos perder todo lo que hemos ganado en estos tres últimos años”. No creo que se refiera a la pérdida de la condición de clase media de la cual gozaban millones de ciudadanos, ni a los que han perdido su trabajo, ni a los que no ingresan en sus hogares un solo céntimo, no, no creo, en cambio sí creo que se refería a los que se han enriquecido y han aumentado su patrimonio en estos años de crisis, seguramente era un toque de advertencia para estos últimos, porque lo que es los demás ¿qué más podemos perder? No, no se olvidó Rajoy de lo de la dación en pago, a buena hora mangas verdes, cuando cientos de miles de personas se han quedado sin techo y tienen que seguir pagando a los bancos después de ser desahuciados, dice que la va a implantar ahora, y ¿qué va a ocurrir con los que se han quedado por el camino? ¿Va a ir la cosa, caso de que esto sea verdad, con carácter retroactivo? Creo que no. Santa Rita, Rita, Rita, lo que se da ya no se quita. ¡Que espectáculo tan bochornoso como ridículo el del pasado día 24 de febrero en el Congreso de los Diputados!