Hacia una España Mejor

lunes, mayo 05, 2014

¿Quién instaló la carpa?

No voy a presumir aquí y ahora de disponer del uso de razón ni de sentido común, soy consciente de que no poseo ninguna de estas dos facultades, pero sí puedo decir que a lo largo de los años he aprendido a tener mi propia opinión y mi criterio personal en todos aquellos temas que a diario surgen en este alocado mundo en que nos ha tocado vivir. Dicho lo anterior decir que yo no voy a entrar en si es justo o no que se juzgue al juez Elpidio Silva por haber metido, en dos ocasiones, en la cárcel al expresidente de Caja Madrid, hoy Bankia, Miguel Blesa, y si el cuestionado juez ha cometido el delito de prevaricación o no. Pero ante esto deseo hacer especial énfasis en que en las diversas tertulias televisivas, ninguno de los tertulianos que se han mostrado, todos ellos, muy críticos con la actitud del juez Silva durante la celebración del juicio contra él que por cierto se ha suspendido, creo que su razón tendría Silva cuando pedía la suspensión de lo que él calificaba como una “patraña”, según se desprendía de estas críticas, el juez supuestamente prevaricador debería ser condenado por haber metido en la cárcel a Blesa. Esto me trae a la memoria que a lo largo de mi existencia solo y más concretamente desde el advenimiento de la democracia, he conocido dos casos en los que se ha condenado a otros tantos jueces, el del juez Pascual Estivill, condenado a cárcel por “tarifar” sus sentencias o conclusiones y al juez Gómez de Liaño por haber prevaricado en el caso Sogecable y perjudicar a dos de los principales ejecutivos del grupo Prisa, Polanco y Cebrián. Fuera de esto no he conocido otros casos. Por cierto, Gómez de Liaño, fue apartado de la carrera judicial durante treinta años, pero a los seis meses de ser sentenciado fue indultado por Aznar y habilitado nuevamente como juez. Hoy, las vueltas que da la vida, es el abogado del extesorero y exgerente del PP, Luís Bárcenas. Lo que sí recuerdo también son esos casos en los que por un “error” judicial ha habido personas que se han “mamado”, permítaseme esta coloquial expresión, varios años de cárcel y transcurridos estos años a la “sombra” se ha demostrado que eran inocentes. A ninguno de estos jueces les recayó penalización o sanción alguna por meter en la cárcel a inocentes, la cosa siempre se ha solucionado, como es “normal”, a costa del contribuyente, es decir indemnizando el Estado a aquellos con los que se cometió una injusticia. Pero a los que la produjeron no se les tocó ni un pelo. Dicen que en lo que respecta a que Silva mandara a la cárcel a Blesa el juez ha prevaricado, no está demostrada esta posibilidad, esto lo pueden argumentar aquellos que critican la actitud del juez, seguramente estos que así se manifiestan dirán que los que fueron a la cárcel siendo inocentes tuvieron un juicio justo. ¿Justo? Tanto en el caso de Garzón como en el de Silva la justicia ha sido rapidísima, pero ¿cuándo se va a hacer justicia con aquellos a los que les han robado su dinero no por el procedimiento del “tocomocho” o con el “timo de la estampita” sino mediante un “producto financiero” con el nombre de “participaciones preferentes”? Oí decir a un tertuliano que donde la justicia había demostrado ser rápida era en los EEUU en el caso del financiero Bernard Madoff que estafó 50.000 millones de dólares y que fue detenido en diciembre de 2008 y condenado y encarcelado en junio de 2009. En seis meses se resolvió el asunto. Claro que Madoff tenía enemigos económicamente muy poderosos y los “preferentistas” son unas pobres gentes, en definitiva son unos ciudadanos indefensos, sin poder económico alguno como es más que evidente. A uno le entra la risa floja cuando algunos dicen que este, según ellos, “circo” que ha montado Silva beneficia a Blesa, en mi opinión quien está beneficiando al ex de Caja Madrid es la propia justicia que se atreve, o no se decide, algunos sabrán por qué, a hincarle el diente al robo de las preferentes. Aquí sí me da la impresión de que está asomando el fantasma de la prevaricación. Alguien está faltando a sus deberes y obligaciones. Ahora resulta que algunos dicen que como se ha consentido que, según su apreciación, haya estado impartiendo justicia durante 20 años un juez con sus facultades mentales deterioradas. Es curioso que haya tenido que surgir lo de Blesa para que se den cuenta de que, según estos, Silva es un “loco peligroso” al que hay que apartar de la judicatura. Debo decir que yo he presenciado tres largas entrevistas hechas a Silva y me he dado perfecta cuenta de que es una persona normal y mentalmente equilibrada. Yo creo que Silva no ha montado ningún “circo” y pienso que la carpa, la de la justicia, hace mucho que se instaló.