Hacia una España Mejor

martes, agosto 14, 2012

El retrete


Creo que el Gobierno está cometiendo un gran abuso con los banqueros, yo, en el caso de estos, recurriría a los más altos tribunales de justicia a formular una queja por semejante atropello.
A la hora de escribir este comentario el Gobierno de Mariano Rajoy, aun no ha determinado si piensa prorrogar las ayudas de 400 euros que se conceden a los parados sin subsidio a través del Plan Prepara. Portavoces del Partido Popular como es el caso de Alfonso Cano, quien dejó una puerta abierta a la posibilidad de que su partido decida mantener esta paga, y el mismo día, el portavoz Alfonso Alonso, declaraba que el Gobierno no ha tomado aún ninguna decisión sobre la prórroga, hay que resaltar que este portavoz ha manifestado también que el Plan Prepara tenía una capacidad de reinserción laboral del 20% y que ahora está en el 6%, al parecer la culpa de que los parados no encuentren colocación, empleo, no es culpa de la falta de iniciativas del Gobierno sino de ellos, mientras tanto se comenta que la ministra de Empleo, Fátima Bañez, ha estado presionando al de Hacienda, Cristóbal Montoro, para que se les pague a los que actualmente reciben la paga, la mensualidad de junio cuyo retraso, según Montoro, se debe a un problema contable. El problema es que no hay dinero pero si lo hay para inyectarles a los bancos intervenidos, aquellos a los que el Gobierno, los contribuyentes, le ha inyectado decenas de miles de millones, esa es la realidad, la lamentable y desafortunada realidad. Primero son los poderosos, como siempre, y los demás a la cola a esperar recibir algo si es que sobra. Por cierto, el Gobierno ha establecido un tope salarial máximo para los directivos de las entidades intervenidas, es decir en las que el Gobierno ha “metido” dinero de los contribuyentes, en el caso de Bankia el tope se concreta en 300.000 euros anuales que debe cobrar su presidente José Ignacio Gorrigolzarri, lo que contrasta con los 2,43 millones que cobraba su antecesor Rodrigo Rato. Dejar a un trabajador, en este caso al nuevo presidente de Bankia, con un sueldo anual de 300.000 euros, 50 millones de las antiguas pesetas o sea poco más de cuatro millones de pesetas al mes es una canallada, una judiada. ¿Cómo se puede pretender que una familia llegue desahogadamente a fin de mes con semejante sueldo a todas luces insuficiente? Es imposible por mucha austeridad que se pueda poner en práctica, tendrán que privarse de muchas cosas, esto les sitúa al mismo nivel que a los que reciben la ayuda de los 400 euros al mes. Creo que el Gobierno está cometiendo un gran abuso con los banqueros, yo, en el caso de estos, recurriría a los más altos tribunales de justicia a formular una queja por semejante atropello. Hombre, no hay derecho. Ya sabemos que a la hora de una debacle económica de la entidad que presiden no tienen responsabilidad, culpa, alguna, bastante dolor de cabeza tienen en ver la forma de gastarse lo mucho que ganan, como para encima tener que preocuparse de si el banco va bien o mal. Pues vaya. Los que si son culpables de no encontrar empleo son los parados, según dicen desde el Gobierno, no yo.
Lo que yo no sabía es que había parados de unos y de otros, digo esto por lo que tan desafortunada como lamentablemente manifestó el portavoz del PP Alfonso Alonso, quien ante mejores, más bien escasos, argumentos para justificar el retraso en el pago a los que perciben la ayuda de 400 euros y la duda de si esta ayuda continuará o no, este ilustre varón dijo que “se está pagando a los parados de Zapatero”. Resulta ya ridícula y bochornosa la forma en que desde el Gobierno de Rajoy se quieren quitar el muerto de encima, me refiero al muerto de su nefasta gestión, cuando no tienen por donde salir y la verdad es que cada día que pasa tienen menos puertas de escape, dan la orden de comenzar a echar mierda sobre los demás para esconder su incompetencia, la verdad es que no le falta gente dispuesta a hacerlo, yo creo que los Alfonso Alonso, Carlos Floriano, Vicente Martínez Pujalte, Dolores de Cospedal, Rafael Hernando y algunos más cuyo nombre no recuerdo en este momento, se dan de bofetadas entre ellos para cuando se da dicha orden ser de los primeros en sentarse en el retrete. Nunca un retrete sirvió tanto como sirve ahora para hacer méritos y ascender políticamente.