Hacia una España Mejor

martes, mayo 10, 2011

Fue un mal día para Rajoy

El pasado miércoles, día cuatro del mes en curso, no cabe la menor duda que fue un mal día para Mariano Rajoy, no había más que ver su cara en la sesión de control al Gobierno que se celebra cada miércoles.
En dicha sesión tuvo lugar el debate de los datos del paro hechos públicos ese mismo día y que daban la ilusionante y agradable noticia, no para Rajoy por la cara que ponía, de que el paro había descendido en abril en más de 64.000 personas.
Es evidente que a Rajoy le han sentado estos datos como una patada en semejante sitio y que no los ha podido digerir porque se le han hecho una “pelota” que no ha podido tragársela y que más bien le provocaba una serie de “arcadas” que a punto debió estar de irse al baño para salir del atragantamiento de la mejor forma posible. Lo mejor que se le pudo ocurrir al jefe de la oposición fue decir que ello era debido a la Semana Santa y al buen tiempo que había hecho a lo que su “segunda”, Soraya Sáenz de Santamaría, añadió que esto se daría también en mayo y junio.
No nos debe caber la menor duda del constante hormigueo que Rajoy debe estar sintiendo en su estómago para que esto de la bajada del paro no se alargue demasiado y para que la economía no se levante, de ahí su constante letanía de que Zapatero debe convocar elecciones generales antes de que las cosas puedan mejorar, que pueden, y que mejorarán sin duda alguna, y se le venga abajo el sombraje formado por estas dos incidencias ya que el tercero, el del terrorismo, se le ha venido abajo ya, no hay más que ver que en la última encuesta del CIS, en la del pasado mes de abril, solo a un 6% de los españoles les preocupa el terrorismo por lo que cada vez le van quedando a Rajoy menos argumentos para derribar al Gobierno. Rajoy, no es tonto, puede que los españoles, con la calificación que le dan en las encuestas, no le consideren con capacidad suficiente para hacerse cargo del Gobierno de España, pero tonto no es y sabe que cada día que pasa el tiempo juega en su contra ya que lo normal es que todo mejore porque de las crisis, antes o después, siempre se sale. Los que ya sumamos años sabemos mucho de eso.