Hacia una España Mejor

miércoles, enero 27, 2010

Suspendido de sueldo


La Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha sido, una vez más, clara y rotunda denunciando que el problema de la subida del paro es debido a los salarios y al elevado coste del despido. En ambos cosos uno se queda asombrado pero es en el segundo, en el del elevado coste del despido, cuando te deja completamente descolado. Al parecer es que si el despido fuera más barato iría menos gente al paro, quiero entender que no se ha querido decir esto, pero desde la CEOE han estado bastante desafortunados, no lo han explicado bien, muy posiblemente hayan querido decir que si el despido fuera más barato se podría contratar a más gente para posteriormente, cuando ya no les haga falta puedan despedirla, pero claro, esto es la pescadilla que se muerde la cola ya que esa gente despedida con poco dinero va a engrosar las cifras del paro. Por tanto, barato o caro, al final todos al paro. En cualquier caso no creo que si a una empresa le hace falta más personal para sacar adelante su producción sea un obstáculo el que el despido sea más o menos gravoso para el empresario. O produce, o cubre su cupo de producción, o se va al traste. Luego sea caro o barato el despido, no le queda más remedio que contratar a más trabajadores.
Uno, que ya va siendo muy mayor, de lo que se percata es de que desde la patronal se quiere poder llegar a que sea realidad eso que se suele decir que hay patronos que tienen como máxima aquello de: ¡No te jode, encima que les das trabajo quieren cobrar! O hacer realidad ese gag de mi admirado José Mota, en el cual un empresario le comunica a un trabajador que ha sido suspendido de sueldo, aclarándole y repitiéndole al empleado, para que todo esté muy claro, que se le suspende de sueldo pero no de empleo.
De todos modos siempre es motivo de tranquilidad el que la CEOE haya ratificado en su puesto a su presidente, Díaz Ferrán. El buen trato que este señor ha dispensado a sus trabajadores, su relación con ellos y su preocupación por su futuro, es una garantía para todos a la hora de establecer el diálogo para hacer llegar a buen puerto la pretendida reforma laboral. Vamos bien. ¿No?