Hacia una España Mejor

miércoles, abril 02, 2008

De Olga a Mari Luz


La sociedad basa, debe fundamentar, sus evoluciones en todo aquello que las vivencias nos deben hacer recapacitar y como consecuencia de ello actuar de modo y forma que posibilite un ordenamiento y unas formas de regirnos que vayan en beneficio de los ciudadanos que son los que conforman la sociedad en su conjunto.
El si ha habido negligencia por parte del juez que condenó al asesino de la niña Mari Luz, es algo en lo que yo no quiero entrar a la hora de dar mi opinión sobre este bárbaro asesinato. Máxime cuando el juez achaca esa negligencia a una funcionaria que ahora resulta que no estuvo de baja tal y como afirmó el juez y si no lo estuvo tiempo tendría de haber llevado a efecto lo que la sentencia dictó al respecto.
Esas vivencias a las que antes me he referido nos deberían enseñar, pero no aprendemos, a tener en cuenta que este tipo de individuos como el asesino de Mari Luz, son gente que no guarda el más mínimo respeto por sus semejantes. A pesar de que han pasado ya dieciséis años del rapto, violación y asesinato de la niña vallisoletana, de nueve años, Olga Sangrador, el 25 de junio de 1992 a manos de Manuel Valentín Tejero, mientras este disfrutaba de un permiso penitenciario, un delincuente que con anterioridad había sido condenado por tres delitos de abusos deshonestos. A a pesar de disponer de testimonios tan trágicos, la sociedad se empecina en lo de la reinserción de individuos con semejantes antecedentes que, más que comprobado está, vuelven a reincidir apenas se les de un mínimo de libertad. Podría citar infinidad de casos iguales a los de Olga y Mari Luz, pero no lo creo necesario porque todos tenemos en mente las reiteradas tragedias de esta naturaleza que se han dado. El asesino de Olga Sangrador, tuvo una condena de 50 años de cárcel, de los que únicamente cumplirá veinte ya que se benefició de la reforma del Código Penal por lo que abandonará la cárcel en 2013, con 51 años de edad. Olga, cumpliría 30.
Estos días se habla de la aplicación de la pena de cadena perpetua para este tipo de delitos. Habrá quien esté a favor de esta medida y habrá quien no. Pero algo si es cierto: quien comienza violando, acaba secuestrando, violando y asesinando.
Lamentablemente la sociedad solo se moviliza contra este tipo de actos cuando se dan, luego, al cabo de un cierto tiempo todo se olvida y esos olvidos son los que provocan el que este tipo de trágicos sucesos se repitan y vuelta a lamentar y a pedir que las medidas se endurezcan para evitarlos. Es cierto que los ciudadanos no tienen ni el poder, ni la fuerza, ni los medios necesarios para intentar acabar con estas salvajadas, pero cierto es también que los poderes públicos sí tienen esos medios y esa facultad para disminuirlos y erradicarlos y por tanto tienen la obligación de hacerlo.
Mientras tanto desde el PP, como no podía ser menos, a culpar al ministro de turno sin aportar ideas o alternativas. Cuando ellos gobernaron no hubo ni secuestros ni violaciones, ni niños desaparecidos y asesinados.