Hacia una España Mejor

jueves, abril 17, 2008

Al enemigo, ni agua


Jamás creí que el oportunismo de algunos políticos se podía sustentar en los males de los demás.
La esperpéntica, increíble e histriónica actitud que el presidente de la Generalitat Valenciana, Francesc Camps, ha adoptado con respecto a necesidad perentoria de tener que proveer de agua para consumo humano a Barcelona y su área metropolitana donde más de tres millones de personas pueden verse afectadas por la falta de agua y hay quien se aprovecha de eso para hacer demagogia y pedir agua para usos distintos al consumo de boca, es decir: para regar campos de golf y para poder seguir construyendo urbanizaciones al socaire de estos campos de juego. Los valencianos de bien no pueden sentirse humillados como dice su presidente, los valencianos sensatos deben sentirse solidarios con aquellos que sufran cualquier tipo de calamidad y la falta de agua para uso doméstico solo crea situaciones calamitosas de tipo higiénico sanitario. Durante estos cuatro últimos años la sequía ha sido pertinaz y dura, muy dura, pero bien es cierto que con la política hídrica que el Gobierno de Zapatero ha desarrollado en ese cuatrienio ha evitado que los valencianos hayamos tenido que sufrir por la falta de agua para el consumo y aseo de las personas. Ni lo padeceremos.
Es lamentable comprobar como las necesidades de este tipo son aprovechadas por políticos insolidarios que no tienen el menor escrúpulo en aprovecharse de situaciones de verdadera emergencia para poner en evidencia lo que todo el mundo sabe y esta no es otra cuestión que la de que en el Partido Popular se la tienen jurada a los catalanes, y no me refiero a sus dirigentes políticos en particular sino que me estoy refiriendo a los catalanes en general. La derecha no perdona los descalabros electorales, el último ha sido antológico, que viene sufriendo en cada confrontación electoral en Cataluña y la derecha no suele ser comprensiva y aceptar los resultados de unos comicios con ese talante respetuoso que todo demócrata debe observar. Criticaron la iniciativa de llevar agua en barcos cisterna a Barcelona o en trenes y ahora se oponen, por que digan lo que digan, tontos no somos y lo tenemos muy claro, se oponen, repito, al suministro de agua a Barcelona mediante una tubería provisional para proveerla de agua. Su actitud es la idónea para llegar a pensar que en el Partido Popular han puesto en práctica aquello de: Al enemigo, ni agua.

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