Hacia una España Mejor

viernes, junio 29, 2007

Las cuentas claras


Mucho se está hablando por parte del Partido Popular a través de la portavoz de su grupo de concejales en el ayuntamiento ilicitano, Mercedes Alonso, sobre las cuentas municipales en el sentido de que estas están “maquilladas” y que por tanto no reflejan la situación real de la economía municipal.
Según los últimos datos del Banco de España, para mí datos fiables, salvo que y poniéndome en la misma actitud de duda que la señora Alonso, la Generalitat Valenciana, el Consell de Camps, no oculte nada que pueda distorsionar la ya de por si calamitosa realidad financiera de la Comunidad Valenciana. En el informe del Banco de España se pone de manifiesto que nuestra Comunidad es la segunda de España en lo que a endeudamiento se refiere hasta alcanzar la cifra de 10.822 millones de euros.
El endeudamiento, traducido a lo doméstico, a lo familiar, puede ser serio y preocupante cuando una familia mira a su alrededor y se encuentra con un hogar lleno de carencias de todo tipo encontrándose con que no tiene nada y sobre todo con pocas cosas que puedan redundar en mejorar su calidad de vida. Por el contrario, si ese endeudamiento lo ve traducido en mejoras, en dotar a su casa de todo aquello que se precisa para vivir con una cierta dignidad y que además puede asumir sin problemas el pago de su deuda, ese endeudamiento es un compromiso que no implica riesgo alguno para que esa familia pueda salir adelante sin mayores problemas. En lo que afecta al hogar de todos los ilicitanos, en el conjunto de su ciudad, en sus calles y plazas, puede verse ese endeudamiento traducido a importantes mejoras que hacen posible el disfrute de una calidad de vida más que aceptable y nuestro ayuntamiento cumple, puntualmente y con rigor, con el pago de su deuda.
No ocurre otro tanto con la deuda de la Generalitat, 10.822 millones de euros, y los valencianos solo vemos a nuestro alrededor la falta de colegios y la instalación de barracones para meter en ellos a más de 30.000 alumnos, la falta de hospitales, de centros de salud, de residencias para los mayores, de guarderías, de viviendas protegidas, de infraestructuras viarias –la carretera Elche-Dolores, ocho kilómetros, han tardado casi cuatro años en acabarla por falta de dinero- y así una larga lista de carencias de todo tipo. Pero lo más preocupante es que la Generalitat está endeuda a cambio de nada, al menos de aquello que pueda mejorar la calidad de vida de los valencianos, con el agravante de que no hay dinero para cumplir ni tan siquiera con los compromisos que han generado tan brutal endeudamiento. Esta circunstancia estoy totalmente seguro de que la señora Alonso la ve como lo más normal. Hay endeudamientos y endeudamientos.

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