Hacia una España Mejor

miércoles, abril 12, 2006

TERRA MITICA: EL ÉXITO DE UNA ESTAFA



El conseller de Economía, Gerardo Camps, se presentó ante el público para dar la gran noticia: Un 90% de los acreedores de Terra Mítica, ¡que otra salida tenían para recuperar su dinero!, acepta el plan para levantar la suspensión de pagos del Parque Temático. El conseller calificó el hecho de satisfactorio, ahora bien no dijo para quien.
Lo que en el ámbito de la empresa privada hubiera supuesto una quiebra fraudulenta, y en este caso no lo ha sido porque nadie se ha decidido a instarla, se soluciona con un convenio fundamentado en aquello de "esto son lentejas o las tomas o las dejas" para levantar una suspensión de pagos. Cualquiera que sepa cuantas son dos y dos sabe que esta solución no puede satisfacer a nadie. Los acreedores no van a ver ni un solo euro. Eso sí, tendrán cada uno su paquete de acciones que solo serán rentables el día en que Terra Mítica desmantele sus instalaciones y los terrenos en que está enclavada queden libres para cualquier tipo de actuación urbanística. Otra solución no hay. Querer ocultar lo que ha supuesto la estafa más grande hecha desde la Administración autonómica llevada a cabo bajo el mandato del manirroto Zaplana, e insistir en la viabilidad de la empresa basándose en que Terra Mítica obtuvo la pasada temporada los mejores resultados económicos de su historia, solamente perdió dos mil ochocientos millones de pesetas, en 2004 perdió el doble. Si alguien piensa o cree que esto tiene salida es que está mucho más allá de la utopía.
En cuanto a la aceptación del convenio por parte de bancos y cajas de ahorro esto se como llamarlo pero no lo voy a hacer, pero si pienso en aquellos desafortunados particulares, ya sean grandes o pequeños, que se ven presionados por los servicios jurídicos de dichas entidades cuando por las circunstancias que sean no pueden pagar sus créditos, sin embargo ante una gran estafa esos servicios jurídicos los han mantenido al margen y no han funcionado contra aquellos que por promover negocios con dinero ajeno han dañado seriamente sus intereses y los de sus clientes e impositores.